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Más Abrazos // Miércoles 20 Mayo, 2020 // #higiene, #cuidados, #salud, #embarazo
Después del parto, el recién nacido conserva una parte del cordón umbilical. A lo largo de este artículo te explicamos cómo tocarlo y realizar una limpieza adecuada para facilitar la cicatrización.
El bebé recién nacido precisa de cuidados especiales en sus primeros días. Uno de ellos se centra en la higiene del cordón umbilical, que, hasta su caída, debe higienizarse en cada cambio de pañal.
Por lo general, al momento del alta, la parte superior del cordón ya está seca. Sin embargo, se puede notar que la base aún permanece húmeda y algo amarillenta. Si bien la zona irá secándose de a poco, para acelerar este proceso y evitar posibles infecciones lo ideal es correr la pinza plástica hacia arriba y utilizar gasa estéril con alcohol fino en un 70% para limpiar el cordón.
Es importante dejarlo al aire libre para una rápida cicatrización, por lo que es ideal usar pañales con protección umbilical y tiro bajo. Este proceso de higiene no le produce dolor al bebé, pero la sensación de frío en la panza puede provocar el llanto. De todas maneras, es necesario observar que la zona no esté:
Si advierten algunas de estas características, consulta rápidamente con el pediatra.
Entre los cinco y quince días de vida del recién nacido, el cordón umbilical termina de desprenderse; si notas que la base aún permanece húmeda, se recomienda continuar higienizando la zona hasta que quede seca.
En esas semanas de nacido también puede suceder que luego de la caída aparezcan algunas gotas de sangre. Con respecto al retraso en la caída del cordón, puede ocurrir por varias razones, pero, por lo general, sucede por un exceso de humedad.
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